El 49.6% de los inmigrantes asiáticos son comerciantes en tiendas, ferreterías y restaurantes
República Dominicana se ha convertido en un destino atractivo para migrantes de diversas nacionalidades. En las últimas décadas se ha observado un flujo significativo de venezolanos, sumándose a la presencia de migrantes haitianos, españoles, italianos, colombianos, alemanes y chinos.
Esta última comunidad, en particular, ha dejado una huella importante en la economía dominicana, generando empleos y diversificando el panorama empresarial. Desde mediados del siglo XIX, la migración china ha traído consigo una sabiduría ancestral y una entrega laboral constante en busca de mejores oportunidades. Ha logrado establecerse y prosperar en diversos sectores locales.
El flujo migratorio chino hacia esta nación caribeña ha sido escalonado, con los primeros inmigrantes llegando en las décadas de 1920 y 1930. Estos primeros grupos se dedicaron principalmente al comercio minorista, estableciendo tiendas y negocios en diferentes partes del territorio nacional.
A medida que pasaba el tiempo, más chinos se unieron a la migración hacia esta media isla. Solo del 2020 a febrero de 2021, las autoridades dominicanas otorgaron 181 permisos a inmigrantes chinos para establecerse en el país, mientras que para esa misma fecha se habían emitido residencias para 8,872 personas de esa nacionalidad.
Las estadísticas del informe “Migración China en República Dominicana 2021” destacan que cerca del 50% de los migrantes chinos se ocupan como comerciantes. En tanto, el 36% son empleados privados; el otro 14% estaban en distintas actividades como artes culinarias, ingeniería, enseñanza, medicina, entre otras, evidenciando así la preferencia hacia las actividades comerciales, a la vez que se aprecia una diversificación gradual de las actividades al compararse con años anteriores.
Entre los negocios más populares figuran comercios de comida rápida como “pica pollo”, restaurantes, supermercados, cabañas (moteles de paso), centros de belleza y relojerías. Con la proliferación acelerada de comercios administrados por chinos han surgido megatiendas de ropa, artículos del hogar, zapatos, ferreterías, entre otros de mayor envergadura.
La mayoría se destacan por brindar precios más bajos en una gran parte de los artículos que ofrecen al público, lo cual es denunciado por empresarios locales como competencia desleal.
Es evidente que una gran parte de los chinos que vienen tienen intención de establecerse a largo plazo, según datos recientes del Centro Dominicano de Estudios sobre China (Cendoesch).
Un ejemplo notable es Miguel Feng (Wu Bin Feng), presidente honorífico de la Cámara China de Comercio en el país. Feng narra a elDinero que vino a este país de la mano de su padre en 1984, cuando apenas tenía 11 años de edad. Cuenta que inicialmente su padre se dedicó a la siembra de hortalizas (vegetales) en el Distrito Nacional para suplir a algunos supermercados y mercaderes de la capital. Gracias a su trabajo y disciplina, características visibles de los inmigrantes asiáticos, pudo ir desarrollando otras actividades económicas.
La familia Feng puso un supermercado y, posteriormente se abrió paso en el negocio de moteles (cabañas). Actualmente, cuenta con cuatro moteles que emplean entre 10 y 25 personas en cada negocio, siendo la mayoría mano de obra dominicana.
La mayoría se destacan por brindar precios más bajos en una gran parte de los artículos que ofrecen al público, lo cual es denunciado por empresarios locales como competencia desleal.
Es evidente que una gran parte de los chinos que vienen tienen intención de establecerse a largo plazo, según datos recientes del Centro Dominicano de Estudios sobre China (Cendoesch).
Un ejemplo notable es Miguel Feng (Wu Bin Feng), presidente honorífico de la Cámara China de Comercio en el país. Feng narra a elDinero que vino a este país de la mano de su padre en 1984, cuando apenas tenía 11 años de edad. Cuenta que inicialmente su padre se dedicó a la siembra de hortalizas (vegetales) en el Distrito Nacional para suplir a algunos supermercados y mercaderes de la capital. Gracias a su trabajo y disciplina, características visibles de los inmigrantes asiáticos, pudo ir desarrollando otras actividades económicas.
La familia Feng puso un supermercado y, posteriormente se abrió paso en el negocio de moteles (cabañas). Actualmente, cuenta con cuatro moteles que emplean entre 10 y 25 personas en cada negocio, siendo la mayoría mano de obra dominicana.